Un colegio no es la suma de unas paredes y un techo.
Un colegio es el grupo de alumnos alrededor de un
maestro en un entorno adecuado, ya sea cubierto o
al aire libre.

Es el ambiente en el que convive la vocación de
los profesores, los compañeros, y la sensación de
acogimiento o de juego, de libertad y de luz… e incluso
la alegría de las mejores condiciones arquitectónicas.
Para lograrlo buscamos espacios diáfanos, luminosos
y bien ventilados, térmicamente eficientes… que
puedan agruparse libremente, como en un juego
de construcción, con la libertad que dan las pautas
claras. Esto lo hace crecedero, facilmente ampliable,
hasta duplicar sus dimensiones actuales.

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La construcción se plantea con el máximo de sencillez,
sin requerir recursos técnicos complejos. Esto es
necesario para poder proyectarlo con libertad. Se
propone una retícula expandible conformada por
muros paralelos, y sobre estos muros, tres opciones de
techo que en sus combinaciones producen espacios
diversos:

-Entre dos muros paralelos sin techo se produce un
patio
-Entre dos muros paralelos con techo ligero de
estructura metálica se produce una sombra, un porche
-Entre dos muros paralelos con techo de hormigón se
produce la habitación
-Si a esta habitación se le añade encima el techo
ligero de estructura metálica, tenemos una habitación
térmicamente perfecta, para ser usada de día, que no
sufre la incidencia del sol
Este “kit” de opciones diversas conforma un juego
sencillo mediante el que construir espacios abiertos y
cambiantes.

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