Este proyecto complementa y apoya al Teatro
Breton de los Herreros dotándolo de funciones
más abiertas y públicas. Se crea por lo tanto
una oportunidad para tratarlo como un espacio
de carácter diferenciado, en el que producir
interrelaciones programáticas y visuales, a
través de piezas independientes, que ocupan
o flotan en el espacio atrapado entre las dos
medianeras existentes. Y que estas, como cajas
talladas que comparten un espacio común,
dialoguen entre sí y expresen - incluso desde
fuera - su función y su voluntad de continuidad
con el espacio público de la calle. Casi como si
se tratase de un nuevo espacio público abierto
entre las dos medianeras.

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La configuración propuesta genera en el interior
del edificio una interesante fluidez espacial
permitiendo al aire ocluido circular entre las
piezas. Cada una de ellas posee expresividad
propia (al igual que usos independientes): la
sala principal es un prisma negro recubierto
exteriormente de moqueta negra; encima
de ella flota el prisma irregular de la sala
polivalente, revestida de paneles dorados. A
su derecha, la escalera, de volumen cilíndrico
ligeramente traslucido, se resuelve con
pavés resistente al fuego. Cada uno de estos
volúmenes, tiene carácter y resolución propia
tanto por fuera como en su interior.

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