El arrabal andalusí de la Arrixaca no es un yacimiento homogéneo, es un fragmento completo de ciudad. Permite imaginar una estructura urbana compleja, en la que apreciar modos de vida, relaciones comerciales, sociales y religiosas de una época muy remota. No se trata sólo de unos restos de edificaciones dispersas; muestra sobre todo un modo de habitar y relacionarse muy concreto; una forma de vivir y pensar. La complejidad de las relaciones que muestra el arrabal hace pensar en una verdadera ciudad, con sus órdenes geométricos y sus jerarquías posicionales. Este aspecto es crucial a la hora de entender nuestra propuesta.

Normalmente la cubierta de un yacimiento resuelve su protección, pero es un elemento relativamente autónomo respecto a lo que sucede debajo; es básicamente un techo. Si no es transitable, se resuelve con mayores alturas y libertades formales, y si es transitable, como una gran plaza seca. Nuestra propuesta, sin embargo, trata de aprovechar la fantástica oportunidad para resaltar y hacer ver el arrabal-ciudad andalusí como una realidad fácilmente imaginable. Y lo hace reconstruyendo virtualmente las alturas de sus edificios originales, y definiendo de manera natural las condiciones ambientales de sus calles. Como es abajo, es arriba.

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